lunes, febrero 04, 2008

MIGUEL KRASSNOFF Y SU PASADO ASESINO DEFENDIDO POR EX ILUSTRES DE LA DICTADURA MILITAR


Miguel Krassnoff, procesado e inculpado por sus crímenes. Defendido por ex ilustres de la Dictadura Militar. Los caraduras de siempre.

Los hechos son los siguientes: el miércoles 30 de enero, el ex ministro de Pinochet, Alfonso Márquez de la Plata escribió en la sección Cartas al Director de El Mercurio un encendido panegírico en defensa de Miguel Krassnoff Martchenko. Antes, el 17 de diciembre, Hermógenes Pérez de Arce también rompió lanzas en favor de este brigadier (r) del Ejército, que está condenado a purgar condenas judiciales que sobrepasan los cien años de prisión por su infatigable labor como represor de la dictadura.

Pérez de Arce lo hizo al presentar el libro “Miguel Krassnoff”, escrito por Gisela Silva Encina. Y en esa ocasión llamó al inspirador del texto “un Jean Valjean de nuestro tiempo”. Nada menos. Para qué andarnos con chicas; si vamos a comparar, comparémoslo con un personaje salido de la pluma de Víctor Hugo. Y digamos, de paso, que la obra de Silva hace recordar en ciertos pasajes a León Tolstoi (¿?), sobre todo cuando repasa la vida familiar de este bizarro cosaco que llegó a Chile debido a los avatares de la Guerra Fría y antes que ella, de la Revolución Rusa.

Pueden leer el texto de este maestro de los sofismas en la siguiente dirección de internet: http://www.cren.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=119&Itemid=50. Allí también podrán saber (si el ciberespacio aún la conserva en su amplio regazo), que en la parte final de su patriótica alocución nuestro buen Hermógenes tiene la delicadeza de recordar que tan magnífico opúsculo ha sido posible dado que fue “acogido y editado por la Editorial Maye, de nuestro incansable y patriota amigo Alfonso Márquez de la Plata”.

Y ahí uno puede entrar a atar cabos: primero, el libro; luego la carta al “decano” y posteriormente sentarse a esperar que algún “humanoide” pique para reivindicar, por la vía de la polémica, a este pobre Cristo que ha sido víctima de una “injusticia tremenda”.

Márquez de la Plata, hombre de espesas cejas, como los villanos de las películas del cine mudo, que al parecer le dificultan una correcta visión del devenir histórico, se pregunta al inicio de su misiva: “¿Qué puede haber realizado este oficial para recibir un castigo tan severo, a pesar de su brillante hoja de servicios que incluye la medalla al valor, distinción que sólo se otorga en casos excepciones?”

Y su respuesta es que la detección y posterior muerte de Miguel Enríquez, el líder del MIR abatido en combate en una casa de San Miguel en octubre de 1975, fue la que lo condujo a su actual sitial, entre los parias de la DINA. Aquellos que de héroes pasaron a ser proscritos y olvidados reos de Punta Peuco o el Penal Cordillera.

E insiste en la peregrina idea (repetida con entusiasmo por Hermógenes) de que Krassnoff fue condenado por jueces malévolos por secuestrar a personas que en realidad están muertas. O incluso, en uno de los tantos casos que se le endilgan, que se asilaron en México.

Como quien dice, un perseguido “preso político” de la democracia. Un abnegado servidor público al que hoy la patria no le reconoce sus innumerables méritos y desvelos en el marco de un accionar que es el que echó las bases de la paz social de la que hoy disfrutamos.

Una muy querida amiga, Erika Hennings, que estuvo en calidad de detenida-desaparecida en Londres 38 pero consiguió sobrevivir, aunque perdió a su marido Alfonso Chanfreau, en ese trance, lee esta carta y, por supuesto, se indigna.

Le cuenta a sus cercanos que ha sentido “rabia e impotencia en el lado izquierdo de mi espalda y pecho”, al entregarse a la lectura de la epístola de Márquez. Y se pregunta cómo es posible que haya algunos que todavía le presten tribuna a los defensores de criminales.

Nada de que extrañarse, Erika. Estamos en un país donde reina un estricto estado de derecho. Y ningún miembro del alto mando de ningún arma puede ser obligado a dejarlo mientras no haya un fallo judicial que acredite su culpabilidad en algún crimen de lesa humanidad ligado, por ejemplo, con el siniestro paso de la Caravana de la Muerte por el norte de Chile.

Así lo estipula la sana doctrina imperante. Pues ya se sabe que jurídicamente no es lo mismo haber participado en la ejecución de prisioneros desarmados, con lujo y derroche de saña -la que incluyó heridas con corvos, además de balazos-, que haber contribuido sólo a su traslado.

Por más que haya profetas del odio y la venganza que sostengan que da lo mismo qué parte del engranaje uno ocupaba dentro de la abominable maquinaria del crimen que operaba bajo el amparo del Estado.

En fin.

En todo caso, para retomar el análisis de este nuevo aporte a la literatura testimonial chilena que nos ha entregado la señora o señorita Gisela Silva, quisiera recordarle al ínclito Hermógenes que olvidó a otro autor (aunque, en rigor, también lo menciona, pues el hombre no ahorró municiones en su defensa de este Dreyfus moderno...) con el cual Krassnoff y los hechos que rodean su vida sin duda harían buenas migas.

Me refiero a Fedor Dostoievski, que estuvo a punto de ser colgado por participar en una conjura contra el zar, y escribió “Crimen y castigo”.

Qué mejor título para resumir en pocas líneas la existencia de Krassnoff Martchenko. “Su abuelo combatió contra la revolución bolchevique como comandante en jefe de los cosacos, y en la Segunda Guerra Mundial luchó (con el padre del oficial chileno y un tío) contra los comunistas con el apoyo del Ejército alemán en la operación Barbarroja”. La descripción es del diario El Mercurio, junio de 2003, que entrevistó al “Jean Valjean ruso” para conocer “su verdad” respecto a los delitos de los que se le acusaba.

Posteriormente, tras el triunfo aliado y la caída de Hitler, su abuelo, su padre y su tío, que estaban establecidos en Austria, fueron entregados por los británicos a los soviéticos. Los que presumiblemente los ejecutaron por colaboración con el enemigo en 1947, luego de haber pasado por la Lubianka, el cuartel general de la KGB (Mayores datos pueden encontrarse en “La venganza es mía: Una familia cosaca y las catástrofes políticas del siglo XX”, de Friedrich Heller y Claudio Velasco, libro disponible en la red).

Los cosacos, por si alguien lo ignora, son una cultura de un profundo sesgo rural y tradicionalista asentada en las orillas del río Don. Un cosaco, pero de izquierda (que también los hubo) Mijail Shólojov, escribió “El Don Apacible”, una magnífica novela que le valió, entre otros textos de su creación, el Premio Nobel de Literatura.

En este libro, que acabo de leer hace poco tiempo, aparece el general Krasnov (así escribe su apellido el traductor Laín Entralgo), atamán de los cosacos del Don y líder del movimiento contrarrevolucionario blanco que, con el gentil auspicio del Occidente civilizado, quiso ahogar a la Revolución de Octubre en su propia cuna.

Cito un párrafo elegido al azar de esta gruesa novela (más de mil 700 páginas en delgado papel biblia) donde unos cosacos que se han rebelado contra el poder de los Soviets hablan de Piotr Nikolaievich Krasnov, hijo y nieto de generales (Y no hace falta agregar ningún otro comentario):

-¿Quién es ese Krasnov?

-¡Acaso no lo saben? ¡No les da vergüenza preguntarlo, señores? Es un general famoso, mandó el Tercer Cuerpo de Caballería, muy inteligente, caballero de San Jorge. ¡Un militar de mucho talento! (...)

-¡Pues yo les digo que nosotros conocemos muy bien su talento! ¡Es un general que no sirve para nada! ¡En la guerra contra los alemanes demostró su incapacidad! (...)

-¡Cómo puede hablar así del general Krasnov si no lo conoce! (...)

-Yo hablo así, señoría, porque serví a su mando... En el frente austríaco llevó a nuestro regimiento al ataque contra las alambradas enemigas. Por eso creemos que no sirve para nada...

LIBERADO EL JOVEN CHILENO PROCESADO EN BARCELONA Y QUE PERMANECIA PRESO


Foto de Elizabeth Maldonado

LIBERARON A RODRIGO LANZA EL JOVEN CHILENO QUE AÚN PERMANECÍA PRIVADO DE SU LIBERTAD

Rodrigo Lanza Huidobro, joven chileno quien todavía permanecía privado injustamente de su libertad y uno principales inculpados en la causa del 4F, fue liberado el viernes por la tarde en medio de un profundo silencio institucional. Ni los medios de comunicación ni su familia fueron puestos en conocimiento de la liberación de Rodrigo Lanza.

El joven chileno liberado el día viernes a última hora llamó desde una cabina a su madre para anunciarle la noticia. “No lo podíamos creer”, explica Mariana Huidobro, su madre. “Él me decía ‘estoy en la calle, estoy en la calle’, y yo no entendía nada; le contesté: ‘¿pero cómo en la calle?’ no sabía que pasaba”, relató la madre de Rodrigo a Tribuna Latina.

Huidobro todavía no sale de la sorpresa que le ocasionó la noticia, así como el resto de los familiares. Rodrigo sólo se ha dedicado el fin de semana a estar en casa y descansar con ellos. La única salida que ha hecho fue ayer, para reencontrarse con Juan Pintos y Alex Cisternas, dos de los acusados en el mismo juicio, y charlar un rato.

De cualquier manera, Lanza debe presentarse este lunes ante los juzgados con su pasaporte, que le será confiscado hasta tanto no haya sentencia del Tribunal Supremo, porque su abogado ya ha recurrido el dictamen de la semana pasada.

De ahora en adelante, el joven chileno deberá presentarse a comparecer ante la justicia cada dos semanas, porque está en libertad condicional hasta que haya un fallo definitivo en el caso.

Cabe recordar que el Colegio de Abogados de Barcelona y la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona, instituciones entre otras, que oficiaron de observadores en el juicio celebrado recientemente en Barcelona, en su informe señalaban que los jóvenes sudamericanos estaban acusado en una causa que los observadores de distintos organismos de derechos humanos coincidían ayer en tachar de plagada “de irregularidades producidas antes, durante y después de los hechos que se imputan”.

Después de la presencia de varios de estos vehedores en el juicio y ante distintas denuncias por la actuación de las fuerzas de seguridad españolas con ciudadanos argentinos, la titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, el Racismo y la Xenofobia (INADI), María José Lubertino, intentaba ayer acordar con las autoridades del Ayuntamiento de Barcelona “mecanismos más ágiles de intervención en casos de conflictos” con ciudadanos de eses país. Lubertino permanecerá en España para ser testigo de la sentencia que el tribunal dará a Juan Pintos. "Esperamos poder escuchar el desprocesamiento de Pintos Garrido por parte del Tribunal español porque en el expediente no hay ninguna prueba que lo implique como el autor material del golpe que sufrió el guardia de ese país", dijo la titular del INADI.

La Guardia Urbana, el Ayuntamiento y la justicia, responsables
Iñaki Rivera Beiras y Roberto Bergalli, Director y Presidente respectivamente del Observatori del Sistema Penal y los Derechos Humanos (OSPDH) de la Universidad de Barcelona, fueron requeridos a participar como observadores en la causas por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) de Buenos Aires, una institución que goza en Argentina de elevado renombre en la defensa de estos derechos. Ambos presentaron ayer sus conclusiones junto a las de la Comisión de Defensa de los Derechos de las Personas del Colegio de Abogados de Barcelona.

Para empezar, Bergalli y Beiras cargan la responsabilidad de las irregularidades cometidas en el accionar de “la Guardia Urbana de Barcelona, del Ayuntamiento, de la Fiscalía, del Juzgado de Instrucción Nº18 y de la Sala 8ª de la Audiencia, la que ha puesto en riesgo de invalidez la sentencia que vaya a dictar”.

“Son demasiados los aspectos que le ponen en seria tela de juicio”
“En resumidas cuentas”, según ambos abogados, “desde el punto de vista del cumplimiento de lo que se denomina un debido proceso, en aras a satisfacer una estricta (y no mera) legalidad, son demasiados los aspectos y elementos que le ponen en seria tela de juicio”. Entre ellos, citan la “constante denegación” de presentación de numerosas pruebas que podrían haber arrojado mucha más luz sobre aspectos que hoy quedan en la duda. Bergalli y Beiras creen que ésto es “especialmente grave” porque la pre-selección de las pruebas determina “la práctica que llevará al conocimiento de la verdad y así también se pre-determina una Sentencia”.

Los observadores pusieron como ejemplo de lo anterior que no se haya considerado como prueba en la fase de instrucción el informe del entonces Alcalde de Barcelona, Joan Clos, que hablaba de la maceta que habría caído desde arriba y herido gravemente al Urbano lesionado. Además, detallaron entre los puntos negros de la causa el hecho de que las declaraciones “de todos los Policías implicados fue casi exacta a su versión dada ante la Juez de Instrucción hace casi dos años”.

Entre las contradicciones en las que han incurrido los Urbanos que han declarado ante el Tribunal, los abogados apuntaron también que “el único Policía que dice haber visto toda la trayectoria de la piedra que supuestamente tiró Rodrigo Lanza indica puntos discordantes con la versión de sus otros dos compañeros (los tres únicos testigos y prueba de la acusación)” y agregan que “hasta los Mossos d'Esquadra confirmaron que nadie investigó nada más allá de la declaración de estos tres agentes”. También apuntaron como irregular la falta de reconocimiento de los peritos sobre el Urbano herido.

"Los testigos se comunicaron entre ellos"
En cuanto a cómo se celebró el juicio, Bergalli y Beiras señalaron que va contra la ley el hecho de que los testigos hablen entre sí, pero que los Urbanos que participaron en el juicio como testigos de cargo se comunicaron entre ellos y que incluso llegaron a aplaudir ante alguna de las desiciones del Tribunal. Ambos denunciaron el trato que los miembros de la Guardia Urbana (que estaban entre el público vestidos de paisano) tuvieron con los amigos, familiares, autoridades consulares y abogados presentes en el proceso, “llegando a insultar a los que reconocían como extranjeros con absoluta impunidad”, agrediendolos y empujándolos.

Bergalli señaló como interesante destacar el papel que el Ayuntamiento ha jugado en los hechos, y lo consideró responsable de no haber impedido que la casa de Sant Pere Més Baix “fuera un foco de disturbios, como finalmente lo fue”. También señaló al Ayuntamiento por la violencia con la que se llevaron a cabo las detenciones y lo responsabilizó por la suerte del policía herido.

Por otra parte, según los abogados “la escenificación de una batalla” entre okupas y Policía, le otorga al proceso un transfondo “que no hace justicia a los principios de estricta responsabilidad individual” que debe cumplirse según la ley y señalaron como “gravísimas” las acusaciones por malos tratos que pesan sobre algunos de los policías que detuvieron a los inculpados. La tortura “invalida el proceso seguido”, dijeron. Estas denuncias, pendientes de recurso, no fueron admitidas cuando se presentaron ante la justicia, pero sí han sido recogidas en el último informe sobre torturas de Aministía Internacional, Sal en la herida, que recoge expresamente estos episodios. “Deberán ser investigadas en profundidad, no sólo por la brutalidad que la mismas puedan reflejar, sino también por la evidente conexión que existe con los hechos”, señalaron Bergalli y Beiras en su informe.

Jaume Sens, quien actuó como observador por parte del Colegio de Abogados de Barcelona, apuntó que en el proceso se ha fallado a la presunción de inocencia de todo detenido. Según el Tribunal, los inculpados no podían permanecer en libertad en espera de juicio por “carencia de domicilio fiable”, ya que, “pertenecen al movimiento okupa”. La Comisión del Colegio de Abogados cree que el Tribunal ha supuesto la pertenencia de los acusados al colectivo social en base a prejuicios, cosa que no justifica una resolución judicial. Sens citó también como impropio el no haber investigado las dos versiones que se manejaban en el juicio, sino solamente la de la Fiscalía.