miércoles, enero 14, 2009

En la últimas semanas se ha abierto una discusión en el Parlamento chileno, acerca de las implicancias que podría significar la eventual aprobación de una ley de inscripción automática y voto voluntario. Todo indica de que el Parlamento deberá "abrir" el padrón electoral y permitir que entre la plena democracia en nuestra sociedad, para que ésta sea más saludable. Abrir el padrón electoral a todos y todas quines son ciudadan@ chilen@s.



Votando en Chile o en el extrior. Adjunto esta nota para más información. JLMarréAmpliando la participación democráticaPor Soledad Alvear, senadora por la Región MetropolitanaActualmente se discuten en el Congreso Nacional dos iniciativas claves para la ampliación de la participación democrática. Una es la reforma que introduce el sistema de inscripción automática y voto voluntario y la otra la que otorga voto a los chilenos que residen en el exterior.Mi primera reflexión se centra en la inscripción automática y el voto voluntario.El envejecimiento del padrón electoral en los últimos 20 años es un hecho indesmentible y muy preocupante. En efecto, si para el plebiscito de 1988 un 47,15% de los inscritos lo constituían personas entre los 18 y los 34 años, para las elecciones municipales recién pasadas ese porcentaje bajó dramáticamente al 14,37%. Ello hace los jóvenes cada vez cuenten menos a la hora de las definiciones políticas y de las ofertas programáticas de los propios candidatos. Las reformas implementadas hasta ahora para motivar la inscripción juvenil han fracasado y el sistema de inscripción actualmente existente tampoco se ha modernizado en 20 años, en sintonía con el enorme avance tecnológico experimentado en Chile y el mundo.Por ello es tan importante impulsar la inscripción automática que permitirá la incorporación al padrón electoral de más de 3.800.000 nuevos votantes potenciales, la mayoría de ellos jóvenes.Lo anterior que podría estimarse como amenazante por lo impredecible de su conducta electoral constituye para nosotros un asunto de principios. No se puede legislar con la "calculadora en la mano" pensando en cuánto me perjudica o me beneficia, sino más bien pensando en el fortalecimiento de nuestro sistema democrático, ya que a mayor posibilidad de participación mayor legitimidad de nuestra democracia.Junto con la inscripción automática ha debido enfrentarse el tema de la obligatoriedad del voto. No es éste un tema fácil y respecto a él han existido legítimas posiciones divergentes. Personalmente creo que en una sociedad, hombres y mujeres no sólo tenemos derechos, sino también deberes. Muchas veces se insiste con mucha intensidad en los derechos de las personas, pero no con la misma fuerza en los deberes y las responsabilidades que se tienen con la sociedad. En este sentido siempre he estimado que al votar no sólo se ejerce un derecho sino se cumple un deber cívico.Ahora bien, en la discusión de la presente reforma han debido ponderarse los distintos elementos para ampliar el universo electoral. En este sentido me ha parecido que, si para aprobar la reforma que amplíe dicho universo, debe introducirse nuevas fórmulas a la obligatoriedad del voto, es legítimo así hacerlo. He tenido presente para ello que, hoy en día, sin perjuicio que la Constitución establece que el voto es obligatorio, esa declaración queda sin sustancia respecto de millones de chilenos excluidos voluntariamente del padrón electoral, ya que esa obligatoriedad sólo se aplicable a los inscritos, bastando no inscribirse para escapar de la obligatoriedad de votar. La modificar la obligatoriedad del voto hará también que los candidatos, en cada elección se esfuercen mucho más por motivar a la mayor cantidad de electores para votar, desplegando ideas y atractivas plataformas programáticas. Por último más allá del deber jurídico de votar, siempre existirá la obligatoriedad moral, respecto del cual debemos seguir haciendo énfasis, en la generación de una verdadera cultura cívica de derechos, obligaciones y responsabilidades.Mi segunda reflexión se dirige al proyecto de ley que otorga derecho a voto a los chilenos en el exterior.Hace muchísimos años estamos en deuda con nuestra comunidad de chilenos que viven en el exterior, para que puedan ejercer en la práctica su calidad de ciudadanos. Se ha calculado que hay más de 700.000 chilenos que viven en el extranjero, muchos de ellos ciudadanos según la Constitución ya que ésta jamás ha exigido la residencia en Chile como requisito para ser ciudadano con derecho a sufragio.Sin embargo, a pesar de tener la calidad de ciudadanos, no pueden ejercer en la práctica dicho derecho ya que no pueden votar exterior. La ley vigente les exige que se inscriban y voten en Chile.No hay razón constitucional alguna para que estos chilenos no puedan en la práctica participar en las elecciones presidenciales y plebiscitos nacionales. En la discusión legislativa algunos han insistido en la necesidad que dichos compatriotas demuestren un vínculo efectivo con Chile, lo que derivaría en una reducción odiosa del universo electoral. ¡Qué más vinculación que el deseo de participar en las elecciones, especialmente si se tratará de un voto voluntario! Nuevamente creo que no se puede legislar con la "calculadora en la mano". La votación de los chilenos en el exterior sólo fortalecerá nuestro sistema democrático.